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lunes, 30 de mayo de 2011

Carta a un padre del 15M

Paquito:

He estado viendo por Internet en directo la asamblea de sol. Entre la mezcla de admiración e impotencia por no estar allí con ellos, otro sentimiento ha empezado a tomar fuerza. Por eso he decidido mandarte este mail (por eso y por no tocarte las narices llamándote a estas horas), porque hay algo importante que quiero decirte.
Muchas, muchas gracias. Por haberme dado conciencia política y enseñarme a escuchar a los demás, a creer en el cambio, a no desilusionarme. Sobretodo, por haberme enseñado que la política no es una sección en el periódico o en los informativos, sino que la política es algo que forma parte de mi, de la sociedad en la que vivo. O mejor dicho, que yo formo parte de ella, que puedo formar parte de ella.
La verdad es que esto es un intento de darte un abrazo en la distancia, o mejor, de que me lo des tu. Te echo mucho de menos, no me puedo imaginar lo importante que esta siendo todo esto para ti y me encantaría ver lo emocionado que estas e ir juntos a sol.
Se me ocurría pensar que lo más grande está hecho, el mayor cambio, el que vi inimaginable en la sociedad que pensé que existía. Es precisamente eso, el ver que es posible que todos nos involucremos, que estemos activos, que dialoguemos, que aprendamos a ceder. Y lo más importante, el cambio que esto supone. Hasta ahora yo nunca había visto con mis propios ojos lo que tantas veces me contabas tu y mi madre, lo de que la gente luchaba unida, que se arriesgaba por defender en lo que creía. Yo, si alguna vez pude soñarlo, fue en vuestros ojos. Ahora es realidad, es tangible. Y pensaba lo maravillosos que sería ser niño ahora, uno de esos niños que irán a las asambleas de barrio con sus padres y pensaran que hablar y debatir en la asamblea es algo normal. Y entenderán que es algo natural y que forma parte de sus vidas. Ese terreno conquistado es el que se esta consiguiendo ahora, es una utopía hecha realidad.
Yo ya no soy esa niña pero una parte de mi siente que tuve la suerte de tener unos padres como vosotros, que me enseñaron a soñar.
De nuevo y siempre, Gracias papa.

Tu hija, un poco sentimental, que te quiere mucho