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lunes, 23 de abril de 2012

Mujer peinándose

Slewinski, mujer peinándose
Mcgregor Paxton, Chica peinándose

"Sobre una torre había una mujer, de túnica blanca, peinándose la cabellera, que le llegaba a los pies. El peine desprendía sueños, con todos sus personajes: los sueños salían del pelo y se iban al aire."
                                     Eduardo Galeano
 

Renoir
el poema de la mente...
Wallace Stevens
El poema
de la mente en el acto de hallar
Lo que habrá de bastarle. No siempre hubo de hallar:
La escena era precisa: repetía
Lo que había en el guión.
Entonces el teatro
Cambiaba en algo más. Y su pasado era un recuerdo.
Picasso

Ha de vivir. Saber el habla del lugar.
Ha de encarar a los hombres del tiempo,
Hallar a las mujeres del tiempo; pensar acerca de la guerra
Degas

 Y hallar lo que habrá de bastarle. He de
Edificar un escenario nuevo, estar sobre el escenario
Y, tal actor insaciable, lentamente y con
Meditación decir palabras que en el oído
En el más delicado oído de la mente, repitan
Exactamente lo que quiere oír, en cuyo
Sonido, un invisible auditorio escucha
No la pieza, sino a sí mismo, expresada en una
Emoción como de dos personas, como de
Moronobu

Dos emociones convirtiéndose en una. El actor es
Un autor metafísico en lo oscuro, tañendo
Un instrumento, tañendo tensas cuerdas que producen
 Sonidos que atraviesan súbita equidad, que contienen
En su totalidad la mente, debajo de la cual no puede
Descender, fuera de la que no habrá de subir. Debe
Ser el encuentro de una satisfacción, y
Quizá de un hombre patinando, una mujer que baila, una
Mujer peinándose. El poema del acto de la mente.

Mujer de la axila rubia peinándose la cabellera al resplandor de las estrellas- miro

miércoles, 11 de abril de 2012

La leyenda de la mujer frágil

Hoy también tengo miedo de la noche, de cerrar los ojos, de rendirme. Entonces llegan ellos, los otros, los otros yo que no conozco y me inundan de palabras, de imágenes, de olores. Tan real como esto mismo, como estas palabras, este olor lejano a sueño en infusión, este murmullo que has dejado tras la puerta.

Hoy dormiré sola, aún más. Y el tiempo juega a dilatarse. Se esconde tras los segundos de la noche, plástico como nunca, implacable como siempre. ¡Qué tiranos son los colores de mis mundos! A veces quiero pensar que esos sueños son los de otro, sueños que se han colado a través de las grietas de las paredes, que han huído de aquel que los ha creado para buscar un lugar que conquistar, despoblado, vacío como vacía  estoy yo misma ahora, hace tiempo, expuesta a la intemperie, frágil. 

Cuando quieras volver ya me habré ido. Correré las cortinas, vaciaré los jarrones de flores muertas, me llevaré conmigo todos mis lunares, destrozaré con los dientes cada una de las palabras que te dije. Le contaré al viento mentiras, le diré que nunca te quise, que me quedé por olvido. Tal vez deje mi olor tras de mí  para que te castigues, para que recuerdes el color de mi pelo también y sientas que me escapé entre tus dedos. Cuando tú quieras ya no estaré esperándote, y dejaré al descubierto todos los huecos que llené con esté cuerpecito. Me creerás mucho más alta y más fuerte, mis manos serán más largas porque llegaré a tocar tu corazón con un suspiro cada vez que intentes olvidarme. Seré yo esta vez quien cierre puertas, seré yo quien pare de dar cuerda a los relojes. Y cuando mañana amanezca y quieras abrir las ventanas, no quedará ni un sólo cristal en esta casa que pueda reflejarte. Me los habré llevado todos conmigo, para dejarlos luego ir uno por uno en cada baldosa por la que me iré caminando.

Cuando quieras volver a mi cama, a nuestra cama, yo ya no seré más para ti. Quizá creas verme aún , lo que parece mi cara, y mi pecho, y mis labios. Sin embargo, ya no estaré más aquí, no podrás alcanzarme. No hay traición que valga, te he avisado aunque no quieras escuchar. Desapareceré en cuanto acabe de parpadear al final de éste, el último punto.

Lady Godiva- John Collier