Sale el sol
como quien rompe un muro
y, poco a poco, va abriendo
una ventana.
Sale el sol
y rasga el gris de las paredes,
y empuja puertas,
y trae esperanza.
Sale el sol
como un lamento inmenso
que transforma el cielo en grito
y la angustia en rebeldía.
Mueve las rocas,
alimenta el agua,
calienta los músculos,
despedaza el silencio.
Sale el sol,
para que la ventana se haga grande,
para que los ojos brillen
y pueda respirar de nuevo.
Sale el sol tendiéndome la mano,
y murmulla no te escondas
y murmulla no te rindas
y murmulla no te olvides.
Uno, doscientos, mil muros más
que pueda haber mañana. No importa.
También con el mañana vendrá
el sol que los derrumbe
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Catherine