Translate

miércoles, 15 de junio de 2011

Algunas veces mejor no preguntar

Magdalena en el bosque del amor, Emile Bernard
PONGAMOS, para empezar, un mañana de objetivos cumplidos, de energías, de sonrisas.
Hagásmoslo fácil, sonriamos desde ya, recordemos que hay tiempo, sin presiones, sin remordimientos, sin culpas.

Pongamos que mañana hace sol y una suave brisa que mueve las hojas del árbol frente a mi ventana. Que enciendo la radio y escucho una canción hermosa y vital que nunca había oído. Los huevos  sabrán mañana mejor que ningún otro día, y él sonreirá también y bajará a por croissants y zumo con un beso.

Pongamos que me siento a escribir y escribo, y termino por fin ese trabajo que me atormenta. Y en la tarde huelo palomitas en la cocina después de hablar con mi abuelo y decirle que le quiero. Y después mi amor y yo vemos una película abrazados y, mientras atardece, hacemos el amor, largo, intenso, sincero.

Pongamos una pizza de salmón para la cena, y un par de mails enviados a quien tanto cuesta escribir. Un paseo por los puentes de Ámsterdam de noche, sabiendo que es de las últimas veces, y unos besos de camino a la cama.

Pongamos que cierro los ojos y de repente el peso se ha marchado, y mis músculos se aflojan y respiro tranquila.
Pongamos que a partir de mañana la culpa se habrá ido. Y el miedo también, todo tiene un final (¿verdad Jorge?).
Pongamos que vuelvo a dormir y a soñar por las noches, a partir de mañana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario